Buenos días comandantes, esta es la segunda parte de la historia del plano de Mirrodin, si no lo han hecho pueden leer la primera parte de la historia aquí.
Antes de empezar hay que comentar algo sobre el lore de este plano. La historia original de Mirrodin fue publicada en el 2003/2004. Desde ese entonces Wizards ha publicado muchas más historias, y luego de un tiempo aparecieron inconsistencias con el Lore original del plano, sobre todo en lo correspondiente a la línea de tiempo, por lo que las novelas originales ahora tienen varios “retcon”. Este artículo se basa en el lore más reciente.
Escape del Núcleo
Glissa y sus compañeros escaparon de los Vedalken huyendo a través de un túnel que corría debajo del Pozo del Conocimiento (Knowledge Pool), pero sus perseguidores también tomaron el mismo camino, por lo que no tuvieron otra opción más que continuar bajando por el túnel hacia el núcleo del plano (Mirrodin’s Core).
Memnarch ya sabía de su llegada y envió a su golem sirviente Malil a interceptarlos junto con gran cantidad de máquinas voladoras y niveladores. Glissa, Slobad, Bosh y Bruenna fueron emboscados por las máquinas, pero tras una dura batalla lograron escapar.
Malil se reunió con las fuerzas Vedalken que habían recién llegado y les índico a que ambas fuerzas irían a perseguir a Glissa, quien escapaba por el mismo túnel por donde había llegado, luego de rodear a los Vedalken, pero Pontifex (quien había llegado con ellas) debía reunirse con Memnarch primero.
Glissa logró llegar de nuevo hasta el Pozo del Conocimiento cuando los Vedalken los alcanzaron, pero fueron rescatados por los Neurok compañeros de Bruenna, quienes les dieron refugio en su aldea.
Nuevos y Viejos Aliados
Memnarch reprendió a Pontifex y a Malil por sus fallos, él necesitaba capturar a Glissa antes de que el quinto sol de Mirrodin emergiera del núcleo y aún no estaba cerca de ello. A Malil le dio la misión de capturar a Glissa y le hizo un tratamiento con el suero de las Blinkmoth para aumentar sus capacidades; mientras que a Pontifex lo devolvió a la superficie a contener el daño en el Lumengrid.
Mientras tanto Glissa y sus compañeros se dirigieron de vuelta hacia a Tel-Jiliad, menos Brienna, quien se quedó junto con demás Neurok. Una vez llegaron, los recibió el nuevo líder de los trolls, Drooge, y este les aseguro que los trolls pelearían contra Memnarch, también le entregó a Glissa un yelmo como acompañante de la espada que había tomado hace bastante tiempo.
Estos eran el yelmo y la espada de Kaldra (Helm of Kaldra/Sword of Kaldra, dos partes necesarias para invocar al poderoso guardián Kaldra. Drooge le índico a Glissa que este guardián podría ayudarla a derrotar a Memnarch, pero era necesaria una pieza más, el escudo de Kaldra (Shield of Kaldra), la cual estaba en el Mephidross, así que Glissa y sus compañeros partieron en su búsqueda
El viaje comenzó bien, pero al llegar a las planicies fueron atacados por los Vedalken y sus máquinas voladoras. Pontifex, dominado por la envidia hacia Malil, había salido en búsqueda de Glissa para volver a tener la confianza de Memnarch a quien veía como a un dios.
El ataque de los Vedalken fue brutal y, a pesar de su pericia, comenzó a abrumar a Glissa y sus compañeros; pero fueron salvados por la oportuna llegada de Bruenna y un grupo de magos Neurok, quienes repelieron el ataque.
Con los nuevos refuerzos, el grupo llegó al límite del pantano. Pero no pudo descansar.
La Búsqueda del Escudo
Al llegar al Mephidross, el grupo se encontró con una horda gigante de zombies y se vieron obligados a defenderse de ola tras ola de enemigos. Y en medio esto llegaron los niveladores.
Malil había logrado conocer los planes de Glissa y preparó una emboscada con un ejército de niveladores (Leveler) para cuando Glissa entrara al pantano. El plan hubiera funcionado si no fuera porque los zombies comenzaron a atacar a los niveladores también y, con ello, dejaron un camino por el cual Glissa y sus compañeros lograron escapar.
Al huir de la batalla, el grupo entro a las aguas pantanosas y fue arrastrado por la corriente hasta una caverna subterránea, allí encontraron un túnel y, sin más opción, lo siguieron. Al final se dieron cuenta que el túnel era la ruta de escape secreta de Geth y llevaba directamente al trono del Mephidross.
Cuando llegaron fueron recibidos por Geth (o lo que quedaba de él), y quien sin perder tiempo, activó una trampa. Las paredes del trono colapsaron revelando soldados Vedalken camuflados.
El grupo se separó inmediatamente mientras una densa neblina lleno el salón del trono, oscureciendo todo de la vista. Todos menos uno de los aliados Neurok y Bruenna fueron eliminados, y Glissa fue capturada por los Vedalken, pero, antes que lograran llevársela, Malil irrumpió en el trono con su ejército.
La situación se volvió tensa, ya que Pontifex y Malil iban por la misma presa, pero no la compartirían, eso permitió a Glissa escapar a través de un agujero debajo del trono de Geth.
Resulto que ese hoyo era el pasaje hacia la cámara de tesoros de Geth, y allí encontraron el escudo de Kaldra y, con las tres piezas en el mismo lugar, el avatar de Kaldra fue invocado.
La Caida del Pontifex
En el salón del trono mientras tanto, se había desatado una pelea entre las fuerzas de Pontifex y Malil. El mismo Memnarch tuvo que intervenir recordándola a sus subordinados que el blanco era Glissa.
En ese momento, el Avatar de Kaldra emergió desde debajo del trono, y rápidamente, devasto ambos ejércitos; aquellos que sobrevivieron, incluyendo a Pontixex y Malil huyeron en retirada.
Después de atender sus heridas y despedir a los muertos, el grupo de Glissa se reunió para decidir el siguiente paso ahora que tenían al Avatar de Kaldra. Bosh sugirió usar la “Laguna Negra” para volver al núcleo de Mirrodin, mientras que Geth, sin otra salida, accedió a guiarlos.
Mientras tanto, Pontifex y Malil se reagruparon, y con solo un cuarto de sus fuerzas disponibles acordaron una tregua. Entonces Malil recibió una transmisión de Memnarch, quien le indicaba que Glissa y sus compañeros fueron vistos bajando por el túnel debajo de la laguna negra.
Conociendo que por ese camino el Mycosynth demoraría su viaje, ambos comandantes se dirigieron hacia la laguna azul para llegar más rápido al núcleo y emboscar a Glissa.
Cuando Pontifex y Malil llegaron al Lumengrid, encontraron que se había llevado a cabo una asamblea y los Vedalken habían decidido remover al Pontifex del poder y ponerlo bajo arresto.
Gracias a su magia Pontifex logro escapar, pero no tuvo más remedio que huir jurando venganza.
Mientras tanto, el grupo de Glissa encontró un enorme bosque de Mycosynth bajo tierra, ahí habitaban criaturas artefacto convertidas en bestias de carne y hueso; no solo eso, la exposición al Mycosynth comenzó a convertir el cuerpo de Bosh de metal a carne.
Temiendo por el bienestar de Bosh y por posibles mutaciones en sus cuerpos, el grupo de Glissa decidió apresurar el paso; entonces varias máquinas trilladoras ( Razorfield Thresher) convertidas en bestias de carne atacaron.
El grupo intento defenderse, pero mucha de su magia afectaba sólo a artefactos y estas bestias eran de carne y hueso por lo que no se veían afectadas.
Bruenna fue devorada entera, el último de los magos Neurok murió envuelto en flamas y gloria destruyendo a varias bestias, Glisa en furia atacó y fue devorada entera también por otra de las bestias.
Memnarch y Malil, desde el núcleo, observaron todo, incluyendo cómo la bestia llevaba a Glissa hacia ellos, cuando, unos Vedalken atacaron a la criatura.
Eran Pontifex y el último de sus seguidores, le causaron una herida en el estómago a la bestia, por la cual Glissa consiguio para salir, y se encontró cara a cara con Pontifex, quien venía dispuesto a matarla de una vez por todas.
Glissa intentó pelear, pero aún estaba exhausta por la batalla con las bestias así que no era rival para Pontifex. Sin embargo en el último segundo, el último Vedalken al servicio de Pontifex decidió que no soportaría más el comportamiento de este, ya que solo era una desgracia para los demás de su raza.
Ambos Vedalken lucharon y se dieron muerte uno al otro.
El Quinto Amanecer
Luego de un pequeño descanso, Glissa y sus compañeros prosiguieron su camino hacia el núcleo de Mirrodin. Al llegar, Malil y Memnarch salieron al encuentro.
Glissa, furiosa por ver al ser que había arruinado su vida, saltó a la batalla y ordenó a Kaldra que atacara también. Glissa logró cercenar una pierna de Memnarch, pero este no se inmutó y lanzo un hechizo que le permitió ganar el control del Avatar de Kaldra y le ordenó destruir a Glissa.
Ella y sus compañeros no eran rivales para el poder de Kaldra y fue solo gracias al sacrificio de Bosh, quien enfrento cuerpo a cuerpo al avatar, que lograron escapar con vida de la batalla.
Glissa y Solobad trataron de huir, pero el avatar les dio cacería, y, cuando estaba a punto de alcanzarlos, un ataque mágico lo atrapo en hielo.
La salvadora de Glissa fue Bruenna, quien había logrado escapar de las entrañas de la bestia y, aunque mal herida, llegó en el momento justo. Bruenna luego usó un hechizo de vuelo para salir del núcleo a través de la laguna azul.
Glissa y Slobad dejaron a Bruenna en la aldea de los Neurok para que se recuperara y luego prosiguieron hacia la ciudad de los trolls una vez más. En la entrada del bosque fueron recibidos por Drooge quien había reunido un ejército de trolls para cumplir su promesa a Glissa.
Los trolls no tuvieron que esperar mucho, ya que el avatar de Kaldra emergió de las profundidades aún siguiendo las ordenes de Memnarch de destruir a Glissa.
Drooge le indicó a Glissa que se dirigiera hacia el Radix, el nexo de mana del bosque, mientras los trolls intentaban ganar tanto tiempo como fuera posible enfrentando a Kaldra.
Glissa y Slobad lograron llegar con el Avatar pisándoles los talones. En el Radix, la magia de Glissa fue fortalecida y ella lanzó un hechizo que atrapó a Kaldra entre arboles de cobre.
Kaldra se liberó rápidamente y se abalanzó sobre Slobad, Glissa, quien no quería seguir viendo morir a sus amigos, libero todo su poder y causó una resonancia con el Radix.
Kaldra fue atrapada una vez más por arboles de metal, pero esta vez sucedió algo más; una luz verde brillante surgió desde las profundidades y luego una enorme esfera de mana verde se abrió paso desde el núcleo hacia los cielos, evaporando al Avatar de Kaldra en su camino y dejando un enorme agujero en medio del bosque de metal.
Este había sido el quinto amanecer, un quinto sol de mana ahora brillaba en el cielo de Mirrodin.
Glissa despertó un tiempo después de la explosión en medio de árboles parcialmente derretidos, allí la encontró Slobad, quien estaba herido, pero logro sobrevivir. Ambos amigos decidieron salir de ese lugar rápidamente.
Mientras tanto en el núcleo de Mirrodin, Memnarch analizaba la devastación causada por la salida del sol verde en la infraestructura del núcleo; su plan principal había fallado y no había manera de recuperarlo, pero aun existían muchas otras posibilidades. Él había perdido una batalla, pero la guerra aún estaba lejos de terminar.
Hasta la próxima entrega de viernes de lore en Landfall, nos despedimos deseando que puedan poner a prueba sus mazos desde la seguridad y comodidad de su hogar en esta cuarentena. Recuerden que nos pueden seguir en nuestro fan page de facebook, también en nuestro twitter, Instagram, patreon y también en nuestro canal de youtube donde siempre hay novedades.