Primeras palabras
Antes de comenzar formalmente, quisiera dejar un aviso: voy a tratar de escribir el siguiente documento en español por completo para la facilidad de nuestros lectores. No obstante, ciertos términos podrían escapárseme, por los cuales me disculpo de antemano. Principalmente, utilizaré la palabra “sliver” por sobre “fragmentado”, por un tema de universalidad. Dicho eso, empecemos.
Me encantan los slivers. Recuerdo vívidamente como me enteré de su existencia, con la aparición del set Legiones, viendo en Internet el listado de cartas que traía el bloque. Criaturas 100% sinérgicas, fieles a la palabra: el todo de ellos es más grande que la suma de sus partes. No comprendía aún en el mundo que iba a entrar, pero 17 años después con su reaparición en Modern Horizons, el enjambre solo crece más, tornándose más versátil con cada nuevo integrante. Y no podría estar más a gusto con ellos.
Dicho eso y sin más preámbulos, ¿en qué consiste el siguiente estudio?
Quiero poner en sus manos mi análisis sobre el “Mazo Sliver” de Commander. Dividiré mis planteamientos en cuatro partes:
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- Primero quiero contarles de mis inicios en el formato con mi confiable enjambre, partiendo desde “cero” después de no jugar durante años, algo que de seguro más de alguno podrá empatizar. Este punto es completamente opcional de leer pero sentí apropiado incluirlo.
- Cómo ha evolucionado mi mazo de slivers junto al Meta de nuestra querida comunidad. Aquí uso el termino libremente, pero sí he participado de varias ligas, eventos de tienda, y nuestros propios torneos de antaño, así que algo de contacto he tenido con la comunidad de commander en Santiago.
- Cómo ha sido la experiencia de jugar en contra de otros mazos de la colmena, los cuales siempre me han sorprendido con el uso de cartas y estrategias que nunca habría considerado, llevados a cabo de forma relativamente efectiva.
- Explicar qué hace a estas criaturas tan versátiles dentro del formato, para dar apoyo a las experiencias vividas en el punto 3, culminando en una recapitulación de los arquetipos que cubre esta versatilidad.
La idea detrás de esto es poder entregar un entendimiento completo de mis experiencias como jugador de Commander, mi proceso iterativo sobre una baraja que ha sido mi aliada en incontables partidas, y producir un resultado competente sobre esta tribu y su lugar en el formato.
Empecemos.
El enjambre como introducción al formato
A grandes rasgos, mi primera experiencia en Commander fue el año 2004, en la enseñanza media. Con 14 años, había logrado convertir una baraja de 60 cartas en un pseudo singleton tribal sliver. Contaba con la gloriosa Sliver Queen, el líder supremo Sliver Overlord, y una de cada criatura (con ciertas excepciones). Lo más importante, ningún no-sliver que pudiese interferir en la colmena. Esta experiencia escolar duraría hasta el 2008 donde con tristeza extravié el mazo durante la mudanza a la vida universitaria. Aún siento dolor al pensar en donde estarán esas pobres criaturas.
No volvería a jugar Magic hasta el año 2012, donde un viaje al extranjero y dinero ahorrado significó conseguir la trifecta legendaria del momento: Sliver Queen, Sliver Overlord, y Sliver Legion, todos en perfectas condiciones. Ese viaje iniciaría una búsqueda de un año por conseguir la colección completa de la tribu. Recuerdo estar parado una hora o dos buscando en cajas de cartas sueltas de escaso valor en lo que fue la tienda In Nomine Draconis, o la tortícolis de mirar las carpetas en el espacio pequeño donde solía estar ubicada la tienda Entre Juegos, o la buena recepción que tuve por algunos jugadores en Portal Magic mientras recogía cuanto sliver nuevo podía encontrar. Eventualmente el 2013 lograría el cometido, orgulloso de mi colección de 82 criaturas, tres legendarias, y algunas otras cosillas.
Sin embargo, una pregunta quedaría marcada en mi mente: “¿Por qué no te armas un commander, si ya las tienes todas?“, dicha de forma tan casual por un jugador en tienda, pero que significaría grandes cambios sobre mi vida, incluyendo (pero no menos) la formación de esta comunidad Landfall. Y de la misma forma que en el colegio conformé un mazo de 60 singleton con slivers claves, en esta oportunidad formé mi primer mazo Commander con la misma ideología: una gran cantidad de slivers, y solo slivers, que sean capaces de sustentar el mazo y responder a cualquier situación, como se supone hacen en la historia de Magic. Sería el comienzo de su evolución en el formato.
La evolución del enjambre en Commander
Aún recuerdo mi primera partida de Commander. Lamentablemente, fue un 1v1 contra un mazo Niv-Mizzet, the Firemind, y mi oponente claramente tenia todas las de ganar con un mazo mucho mejor armado. Y así fue, mis slivers no tenían oportunidad. No tenia las tierras para hacer el “maná fix” (arreglar los colores disponible), no tenia aceleración (ramp) suficiente, no tenia como obtener ventaja de cartas. Todos esos términos fueron cosas aprendidas por Commander, aunque se hicieron evidentes con el paso de unos cuantos juegos. Aunque esas partidas contra Niv-Mizzet fueron más una reintroducción al mundo de Magic, en cuanto no recordaba las fases, ni lo que era la prioridad, entre otras cosas, mi primera partida formal de multijugador se dio una semana después, y pondría en juego una constante del formato: la existencia de los diversos arquetipos del jugador en commander.
Eso lo aprendí al cabo de 15 minutos cuando el jugador con Ghave, Guru of Spores procedía a combear con fichas infinitas, maná infinito, y daño infinito.
No es que los combos fueran algo inusual o desconocido para mí. Mi propia reina tenia un combo en sus tiempos de Tempest, con Heartstone y Ashnod’s Altar, y yo tenía las cartas para llevarlo a cabo en su minuto. Pero no creo que haya entendido de inmediato que combear, controlar, hacer stax, sobrepasar con infect, romper tierras, y más, era permisible en el formato. Simplemente asentí con la cabeza y continué en la siguiente mesa, donde pudimos mantener un juego más largo. Pero esas serian palabras (y por cierto, realidades) que nunca cesarían su existencia en Commander.
No tengo el decklist en ese minuto, pero esta es una historia cierta: Liderado por Sliver Overlord, inicialmente corría las 10 Cluestones de Ravnica como una forma de ramp y mana fix. Corría las 10 Guildgates también, una vez que las hallé todas, lo cual se sintió como una pequeña victoria, aunque lamentaba que entraran giradas. Después encontré las Vivid Lands y las Trilands, y pensé “¡Excelente! con esto arreglo la falta de colores”. Empecé a preguntar por carpetas en las tiendas y con los jugadores, y comencé a armar un mazo un poco más competente. Jugaba Sprouting Vines en turnos oponentes para poder buscar tierras básicas, solo para tener que descartar 2 de ellas en el fin de turno solo porque no tenia como mantenerlas ahí, o en juego. Recuerdo mis primeras adquisiciones valiosas: Chromatic Lantern, Sol Ring, Cryptic Gateway y Urza’s Incubator. Conseguí Training Grounds en una caja de cartas sueltas, y Unnatural Selection, posibilitando el robo de criaturas oponentes. Aún no corría tutores, ni instantáneos o conjuros que limpiasen la mesa, o eliminaran problemas específicos, creo que en esa iteración la idea era que los slivers hicieran esa pega, con Harmonic Sliver y Necrotic Sliver. Si tuviese que inventar como se habría visto mi mazo en ese minuto, la lista sería algo como la siguiente:
1x Cautery Sliver
1x Crypt Sliver
1x Crystalline Sliver
1x Darkheart Sliver
1x Dormant Sliver
1x Firewake Sliver
1x Frenetic Sliver
1x Gemhide Sliver
1x Harmonic Sliver
1x Heart Sliver
1x Hibernation Sliver
1x Homing Sliver
1x Magma Sliver
1x Metallic Sliver
1x Might Sliver
1x Muscle Sliver
1x Necrotic Sliver
1x Plated Sliver
1x Psionic Sliver
1x Quick Sliver
1x Shadow Sliver
1x Shifting Sliver
1x Sidewinder Sliver
1x Sinew Sliver
1x Sliver Overlord
1x Sliver Queen
1x Synapse Sliver
1x Virulent Sliver
1x Winged Sliver
1x Pulmonic Sliver
1x Root Sliver
1x Essence Sliver
1 Azorius Cluestone
1 Rakdos Cluestone
1 Simic Cluestone
1 Gruul Cluestone
1 Selesnya Cluestone
1 Orzhov Cluestone
1 Boros Cluestone
1 Izzet Cluestone
1 Dimir Cluestone
1 Golgari Cluestone
1 Azorius Guildgate
1 Rakdos Guildgate
1 Simic Guildgate
1 Gruul Guildgate
1 Selesnya Guildgate
1 Orzhov Guildgate
1 Boros Guildgate
1 Izzet Guildgate
1 Dimir Guildgate
1 Golgari Guildgate
3 Forest
3 Swamp
3 Mountain
3 Island
3 Plains
1 Command Tower
1 Ancient Ziggurat
1 Chromatic Lantern
1 Unnatural Selection
1 Training Grounds
1 Sol Ring
1 Cryptic Gateway
1 Urza’s Incubator
1 Sprouting Vines
1 Rampant Growth
1 Sylvan Scrying
1 Arcane Sanctum
1 Crumbling Necropolis
1 Jungle Shrine
1 Savage Lands
1 Seaside Citadel
1 Transguild Promenade
1 Farseek
1 Call to the Kindred
Sé que faltan cartas pero por el amor a Odín no puedo recordar que otras cosas de bajo impacto había en ese mazo.
En fin, ese primer año fue un desarrollo relativamente barato del mazo para mejorar en los aspectos mencionados. Leí artículos en Internet sobre la formación de un mazo sliver (creo que hay uno antiguo de Starcitygames), y comencé a ser más selectivo sobre las cartas que quería incorporar. En ese recorrido me presentaron las shocklands y las fetchland, y el valor de las tierras por sobre el resto del mazo, y en mi mente novata no podía comprender por qué eran tan importantes, y por qué su valor era tan absurdo. En ese minuto, pagar $5.000 pesos chilenos (7,15 USD actualmente) por una Cavern of Souls era duro en el sueldo de estudiante con un pasatiempo como Magic, o así lo sentía yo en el minuto. Pero el juego, y el mazo merecían cartas de calidad, así que igual accedía a ese tipo de tratos (a veces buenos, y a veces malos). Ese mismo año participe de mi primer gran pedido, que calzó perfectamente con una devolución de impuestos, por lo que me lancé para convertir en mi mazo en algo más potente, confiable, y resiliente. Eventualmente logré posicionar mi mazo como un mazo entretenido de enfrentar (o eso espero), y con un poco más de calibre. El deck mutó a algo similar a esto:
Claramente superior a sus comienzos, pero pueden observar que aún corría cartas que hoy en día no tienen realmente un lugar en el formato, más allá del juego de mesa entretenido con los amigos en la casa, donde puedes jugar con planos, cerveza en mano y esperar una grata velada. De hecho ese mazo (o alguna versión de él) fue uno de los primeros que publiqué en esta misma pagina, cuya descripción pueden aún encontrar en los registros de Landfall. Esa baraja me llevó por buenos momentos en el aspecto competitivo, y el casual de commander. Con ese mazo además empecé a tener algo de reconocimiento por jugadores de las tiendas, en el sentido de que me había vuelto el “jugador con deck sliver”: todos sabían a que se iban a enfrentar. Aunque siendo sinceros, eso es 100% mejor que ser conocido como “el jugador monoblue combo que le quita la diversión a todo”. Historia aparte, de seguro.
No obstante, no era suficiente. Nunca es suficiente en este formato. Para entonces, M14 y M15 habían sido lanzados, y aumenté la fortaleza del enjambre, ejemplificado por la aparición de Sliver Hivelord y su habilidad de conservar a mis slivers por más tiempo en el campo, pero comencé a ver señales de inestabilidad. Pasé por un periodo donde mi deck simplemente no conseguía resultados: me quedaba sin tierras en turno 3, mis criaturas morían en turno 4 y no podía reanimarlas, me contrarrestaban piezas claves, o me destruían mi comandante 2 veces seguidas, inhabilitándolo por el resto del juego. Fueron malos meses.
Y a raíz de esa experiencia, decidí tomar una decisión que cambiaría por siempre mi visión del formato. Si quiero pasarlo bien, mi mazo sliver funcionaba bien, y era entretenido. Podía jugar contra otros mazos “amistosos”. Pero si quería ganar una liga, tenía que transformar al enjambre, adaptarlo para recibir cartas que no eran capaces de mezclarse con la colmena, pero que producían resultados.
En ese minuto, y con un nuevo pedido, mi mazo dejó de ser exclusivamente slivers, y comenzó a utilizar criaturas de variados tipos, tutores, encantamientos, etc, para transformarlo en un mazo netamente combo, cuyo listado se asemejaba al siguiente:
El cometido de esta nueva iteración utilizaba a los slivers como una excusa para correr múltiples combos: un combo reanimator por medio de Karmic Guide, Saffi Eriksdotter, Reveillark, y Boonweaver Giant + Pattern of Rebirth (Recordando que en este minuto, el temible Protean Hulk aún no era desbaneado). También tenía un combo de maná infinito con Palinchron y Deadeye Navigator. Otro combo mediante Sliver Queen y Purphoros, God of the Forge, este ultimo actuaba como pieza final en cualquier combo que me permitiera colocar múltiples permanentes en mesa. En fin, el mazo era una cascara de slivers, que cubría un núcleo lleno de potenciales combos para ganar la partida. Y por un tiempo, esto funcionaba en las ligas y en la competencia. Y debo admitir, que poder jugar otras cartas fue liberador por un momento. Cartas como Bloom Tender, o Eternal Witness lograban cosas que cambiaban el plan de acción del turno. En un minuto corrí la legendaria Prophet of Kruphix, alternado las reglas del juego para siempre, hasta su (des)afortunado ban. Elesh Norn, Grand Cenobite potenciaba mis criaturas y limpiaba la mesa simultáneamente. Todo fue un frenesí de nuevas experiencias en la mesa de Commander, y por un momento, parecía que el cambio había dado resultados: la tasa de victorias aumentó ligeramente, y hasta había cierto grado de hostilidad ante la posibilidad de que yo me sentara a jugar, solo para combear en turno 3. Compañeros me instaban a tomar una de dos acciones: regresarlo a su estado original, completamente sliver, o seguir sacando de estas criaturas y realmente tomar el siguiente paso, volverlo completamente combo, con más cartas, más tutores, más piezas, etc.
Por fortuna, la decisión no la tuve que tomar yo. Eventualmente el mazo pasó por el mismo periodo de sequía que la versión original, obteniendo una racha de derrotas significativa, a causa de la falta de cohesión. Cada mano inicial contenía 3 piezas claves…de 3 combos distintos, y no había ningún camino certero para obtener una victoria. Tuve que replantear la idea completamente. En el entretanto armé otros mazos con los cuales disfrutar del formato, y uno de ellos se convirtió rápidamente en mi mazo “competitivo”, por lo que esa sed de competencia era saciada por ahí.
Bajo esta nueva realidad, observé el desastre de mi mazo y realmente me tomé un tiempo para considerar qué experiencia quería sacar de él. Después de una tarde, llegué a las siguientes conclusiones:
- El mazo nunca tendría el mismo nivel de competencia que un Tazri Food Chain por ejemplo, ni la ventaja o rapidez de un Tymna/Thrasios Flash-Hulk. Podría intentar seguir iterando sobre combos específicos, pero sería estar jugando una versión más mala de mazos que hasta ese minuto habían probado con creces su valía.
- Si el mazo no podía ser igual de competitivo, entonces había que bajarlo al denominado 75%: un termino medio entre competencia y juego casual. Eso significaba reducir todos los combos o potencialidad de combos, y cualquier otra sinergia que tuviera su lugar únicamente para lograr ese cometido.
- Recordé que mi mazo lo disfrutaba más cuando era 100% sliver, cuando sentía que cada criatura entregaba algo singular al mazo, que podía tomar por sorpresa a los oponentes. Frenetic Sliver e Hibernation Sliver por ejemplo, usan mecánicas que no se ven todo el tiempo. Synapse Sliver es Edric, Spymaster of Trest unilateral, y Constricting Sliver aparecía para remover problemas temporalmente. No los jugaba por ser rápidos, o eficientes, o el mejor de su clase, sino por entregar un aire de novedad a cada partida. Cada sliver nuevo entrega un estado de mesa diferente al anterior. A veces son criaturas 5/5 con volar y veneno 1 (que no es lo mismo que infect), y a veces son solo 1/1 con dañar primero, toque mortal, y generan maná. A veces solo hay 2, y a veces hay 5, pero en ambas ocasiones entregan valor al estado de mesa.
Con estas tres consideraciones, mi mazo retornó 100% al enjambre, pero esta vez con un elemento unificador detrás: es importante la variedad, pero también es importante lograr eliminar a mis oponentes, y de nada serviría tener habilidades novedosas o redundantes si no lograba terminar con uno de ellos por lo menos. En esta ocasión, y hasta el día de hoy, el enjambre es liderado por Sliver Legion, un Coat of Arms ambulante, que de pronto convertía hasta al más pequeño entre los slivers en una criatura letal. El mazo se ve más o menos así:
Hoy en día, mi baraja ha continuado su evolución junto a ese comandante, y he adoptado el sentimiento aggro por completo. Tal vez hay otras tribus más eficientes en ese aspecto, como elfos (Ezuri, Renegade Leader) o trasgos (Krenko, Mob Boss), pero de seguro no tan versátiles como los slivers. No he vuelto atrás, porque no busco ya la competencia con mis slivers, sino disfrutar el juego mismo, el ver como cada pieza genera una situación nueva, hasta atacar en masa a todos los oponentes, de forma implacable.
Otras colmenas
Hasta este minuto puede entenderse que mi mazo pasó por un proceso iterativo, producto de enfrentarme a varios oponentes con diversas estrategias, muchas de ellas que vuelven a repetirse en cada mesa en la que participo. Y un punto intrigante sobre ese proceso fue encontrar a otros jugadores slivers, y poder hacer un tipo de benchmark sobre mi propio mazo de acuerdo a sus elecciones.
Por ejemplo, uno de ellos no jugaba shocklands, ni duales, ni fetchlands, solo tierras básicas, y la ocasional tierra multicolor (Command Tower o City of Brass). Si alguna vez le pregunté, no lo recuerdo. Imagino que su respuesta puede estar ligada al costo monetario de tener que adquirir esas tierras. Así que se las arreglaba con un mazo muy enfocado en aceleración (uno de los más rápidos que haya visto, sin tener que usar mana dorks), y algunas criaturas de soporte no slivers (solo puedo recordar que él jugaba Prophet of Kruphix, y probablemente criaturas como Wood Elves, pero no mucho más). Luego, pasaba a controlar la mesa, con cartas como Back to Basics, Ruination, y varias respuestas típicas como Swords to Plowshares y Beast Within. En esencia, era un mazo control, con slivers como el arma para lograr después un combo. Quedé intrigado con esa alternativa, a pesar de nunca perseguirla personalmente. Recientemente me enfrenté a alguien con la misma idea de control y combo, pero en menor escala, y definitivamente más débil en comparación, corriendo conjuros lentos como Merciless Eviction y Cyclonic Rift, y sin una definición clave de como conseguir el combo. Pero se entendía la estrategia en términos generales.
Otros mazos slivers eran más directos y similares a los míos (un poco más aggro): turno uno, dos, y tres, lanzando pequeños slivers con la esperanza de poder hacer algo de daño, y luego Sliver Overlord para buscar piezas. Creo recordar 3 o 4 mazos que nunca vieron juego más allá de lanzar al comandante, ya que perdían contra la segunda Wrath of God del juego, y hasta ahí llegaban. Solo puedo suponer que estaba cruzando por el mismo periodo de iniciación por el que pasé yo al inicio, pero incluso con este supuesto, hasta el día de hoy cada vez que veo un mazo sliver de alguien completamente desconocido para mí, supongo que cae en esta categoría. Se agradece la presencia de otros slivers que potencien mi lado de la mesa de todas formas.
No obstante, el mazo que nunca vi personalmente en mesa es alguno liderado por Sliver Queen, full combo. No tengo el decklist a mano, ni siquiera imagino de forma concreta como funcionaría, más allá de mi propia experiencia, pero tiene sentido. Como motor de creación de fichas, es única dentro de la baraja, y la zona de comandante le entrega un refugio contra todo efecto destructivo. Es cosa de colocar en mesa una de tantas combinaciones en preparación de la reina, y lograr el combo. Estas son algunas cartas claves:
1 Manaweft Sliver
1 Firewake Sliver
1 Heart Sliver
1 Blur Sliver
1 Basal Sliver
1 Ashnod’s Altar
1 Mana Echoes
1 Intruder Alarm
1 Purphoros, God of the Forge
De seguro alguien leerá esas cartas y me dirá “te faltó A, B, y C”. Está bien, dejen un comentario abajo, porque quiero que ese conocimiento sea compartido.
Con una cantidad razonable de tutores y respuestas, podría ser un mazo bien definido, como lo pretendía ser mi mazo alguna vez. No tiene que ser purista para el cometido, sino que debe aprovechar todas las criaturas y permanentes que puedan permitir el combo lo antes posible. Espero verlo algún día hecho realidad en alguna mesa. Sin embargo, recientemente hemos recibido una nueva bendición para este arquetipo, y para el enjambre en general.
Las tres caras del enjambre
Todo lo que he dicho hasta este minuto ha sido para poner como fundamento anecdótico el por qué creo que los slivers son una de las criaturas más versátiles de commander. La naturaleza de compartir habilidades significa que uno no elige a la criatura, sino que elige la habilidad que desea tener dentro del mazo. Este aspecto simplifica el trabajo de armar alrededor de una estrategia. Los slivers se vuelven el “soporte” del arquetipo buscado, y dado que pertenecen a todos los colores del juego, el arquetipo puede desarrollarse sin restricciones, más allá de la lista de bans.
Y es por eso que cada jugador sliver es puntualmente diferente al resto: un jugador puede jugar aggro, liderado por Sliver Hivelord o Sliver Legion, con criaturas chicas con slivers y changelings de bajo coste, otro puede jugar con los mismos slivers y criaturas grandes como Craterhoof Behemoth o Avacyn, Angel of Hope. Otro puede jugar una estrategia midrange, liderado por Sliver Overlord, con iras y removal, y tener el soporte de Psionic Sliver o Harmonic Sliver para el caso, o jugar stax y acelerar con Manaweft Sliver y Heart Sliver para sobrepasar a los demás en la carrera. Finalmente, puede ser un mazo combo, utilizando Sliver Queen y Mana Echoes, Intruder Alarm, o incluso Parallel Lives y Ashnod’s Altar, o Sliver Overlord con Paradox Engine, entre otra serie de combinaciones. La nueva adición de Modern Horizons, The First Sliver, ahora permite jugar Food Chain y lograr el combo con Squee, the Immortal, Misthollow Griffin o Eternal Scourge. Y bajo el alero de la habilidad de Cascada, finalmente los slivers han logrado posicionarse con un comandante “tier 1“. El decklist indicado en tappedout es el siguiente:
Personalmente no soy un fan de este mazo, pero sí demuestra que aunque sea solo por el comandante, los slivers pueden cubrir todas las facetas y etapas de un jugador de Commander, desde el novato que solo quiere armar un mazo de sus criaturas favoritas, pasando por aquel que quiere algo más competente pero balanceado en la mesa, y terminando en aquel que desea la victoria a cualquier costo, aunque sea solo un sliver solitario en todo un mazo. De hecho, recientemente hemos visto que este mazo ya ha logrado cosechar elogios y victorias en su poco tiempo de ver la luz, por lo que he de sentenciar que los slivers finalmente han alcanzado una cima en la competencia de Magic.
¿El fin de la evolución?
Los slivers han dejado su huella en la historia de este grandioso juego. Cada jugador tiene una opinión clara sobre ellos como tribu, y si Modern Horizons es un indicador de algo, aún no hemos terminado de ver su multitud de formas y aspectos (aunque sí espero que hayamos terminado de ver su forma “Depredador”, para siempre). Commander es su nicho natural, por la abundancia de cartas de soporte del formato eternal, y por la construcción Singleton, y cubren con gran facilidad los variados arquetipos del formato, desde un mazo full tribal aggro, hasta uno full combo con solo un sliver en la baraja, y todo lo que existen entre los extremos de un juego casual y uno altamente competitivo. Satisfacen las necesidades de distintos jugadores, y distintas mesas, de la misma forma en que las criaturas suplen de habilidades las necesidades del enjambre. Creo que ese es el mejor símil que puedo hacer.
Personalmente tengo un gran afecto a mi mazo commander de slivers: con él he crecido dentro del juego desde la adolescencia hasta el día de hoy, y he aprendido a experimentar y construir mazos con ellos como la fundación de todo. Me han entregado un mundo de diversión, y espero con ansias las ocasiones en que nuevas criaturas son reveladas para unirse a la colmena. Modern Horizons renovó mi fe, y me ha dejado esperando por más, dado que hasta el 2015 siempre los slivers han cubierto de forma simétrica todas las combinaciones de cantidad y colores posibles, y en esta ocasión el balance se inclinó hacia los colores blanco y rojo. Eso me deja intrigado, y pensando: ¿veremos slivers en otro producto suplementario? ¿tal vez Commander 2019? ¿O nuevo Battlebond? ¿y cuales serán las nuevas evoluciones de estas criaturas? Solo el tiempo lo dirá.