¡Bienvenidos lectores sedientos de conocimiento e información! Hoy les vengo a continuar la historia del Planeswalker más famoso hoy en día, el centro de atención en el Lore de la edición Magic Core Set 2021 (o M21 para los amigos)
Bien, la primera parte de la historia la pueden revisar aquí, la que terminó con Teferi hecho bolita pensando en las cosas malas que había hecho a las líneas temporales de Jamuraa y de pasadita de Dominaria también.
Después de la guerra de los espejismos, durante la guerra de los Planeswalker en Corondor, Teferi metió mano para salvar a Daria y evitar que la encarcelaran en una prisión de ámbar (Amber Prison) como hicieron con Mangara of Corondor, luego de eso, poco se supo de Teferi (o mejor dicho, lo que se supo de él no fue tan relevante…) hasta la invasión phyrexiana (música de terror comienza):
Poco antes de la invasión phyrexiana y de manera totalmente inesperada, Keld atacó Jamuraa, Teferi se mantuvo al margen de esta guerra, aunque al final le aburrió ver a su continente peleando y se fue a derrotar a los keldon, así se dio cuenta de que no quería ver más peleas y ya no le interesaba tanto formar parte del plan de Urza para luchar contra Phyrexia, así que comenzó a desarrollar una alternativa.
Cuando comenzó la Invasión y el primer portal se abrió sobre Zhalfir, Teferi convenció a Urza de unírsele para transportarse a través del portal suficientes veces para sobrecargarlo y luego seguir con los demás portales, si los portales comenzaban a fallar, la invasión no podría ocurrir, era un plan perfecto, pero Urza sabía que no era todo el plan, y no le gustaba lo que Teferi pensaba hacer con la energía que saldría del portal… pero no pudo detenerlo.
Aprovechando la enorme cantidad de energía del portal sobrecargado, Teferi lanzó un hechizo para cambiar de fase a todo el noroeste de Jamuraa, incluyendo parte del archipiélago de Shiv donde se encontraba Jhoira en ese momento, sacando esas tierras de la línea temporal donde Phyrexia los atacaba, salvándoos de la masacre. Urza intentó razonar con Teferi, haciéndole saber que con esa acción perderían muchos aliados para defender Dominaria de la invasión, pero ya era demasiado tarde, Teferi también había salido de fase.
Cien años más tarde Karona (Karona, False God), buscando seres semejantes a ella sacó a Teferi de su línea temporal, devolviéndolo a la Dominaria post invasión phyrexiana, aunque no pudo ayudarla, se tomó el tiempo para admirar Dominaria triunfante y ver que los phyrexianos habían sido derrotados, entonces decidió que era momento de devolver las tierras a la línea temporal que correspondían, o eso pareció verse.
Trescientos años después del apocalipsis, Teferi y Jhoira volvieron a Dominaria en un esfuerzo conjunto para devolver Shiv y Zhalfir a la línea temporal donde correspondían, pero algo no estaba bien. La disponibilidad de maná en Dominaria escaseaba horriblemente. Fue a hablar con Freyalise (Freyalise, Llanowar’s Fury) para saber qué sucedía, pero en vez de respuestas obtuvo más preguntas, aparentemente, doscientos años antes había sido visto conversando con Karona, algo que claramente no recordaba (en las novelas no son muy claros de si esto es por el salto de fase que causa amnesia o si Karona invocó una imagen de Teferi en vez de al Teferi real).
Bueno, las distorsiones temporales causadas por Teferi al sacar de Zhalfir y Shiv, sumado a algunas catástrofes en la guerra del Mirari y la lucha contra Karona dejaron algunas heridas temporales en Dominaria, estas heridas fueron llamadas grietas temporales. Para sanarlas formó un equipo con Radha de Keld y con Venser de Urborg, juntos viajaron por el plano de Dominaria cerrando grietas temporales, dejando para el final las más grandes, además de que había otros Planeswalkers interesados en que las grietas no se cerraran, Nicol Bolas y su ayudante Leshrac estaban defendiendo el caos en Dominaria para beneficio personal.
Luego de perder una pelea contra Nicol Bolas, Teferi no tuvo más opción que sacrificar su chispa de Planeswalker para poder cerrar la grieta temporal de Shiv, devolviendo el archipiélago-continente a su forma correcta. Pero la grieta temporal de Zhalfir no tuvo la misma suerte, Jeska, manipulada por Leshrac, utilizó a Radha como un lente de maná para cerrar la grieta a la fuerza, pero no tuvo la delicadeza de esperar el tiempo correcto, causando que luego del cierre las tierras zhalfirinas quedaran perdidas aparentemente para siempre… Teferi sabía que podría haber hecho algo si todavía tuviese su chispa de Planeswalker, pero ya era demasiado tarde.
Habiendo perdido su chispa y gran parte de su capacidad de hacer magia, Teferi se encontró varado en su plano natal sin un propósito en la vida. Paseando por aquí y por allá, encontró a una mujer caravanera llamada Subira, quien pensaba (junto con los demás zhalfirinos que habían quedado fuera del cambio de fase por no encontrarse en el continente cuando el evento sucedió) que Teferi había asesinado el continente, pero cuando se conocieron mejor, entendió que fue otro el destino de su tierra natal.
Teferi acompañó la caravana por una semana, que luego se alargó a un mes, y ese mes fue el mes más feliz de toda su larguísima vida. Pronto se casaron y vivieron varios años simples y felices, dejaron atrás la caravana, se establecieron lo suficiente para ver crecer a su hija Niambi y envejecieron un poco, hasta que las ganas de estar en el camino de Subira fueron imposibles de soportar y tuvo que volver a las caravanas cuando Niambi aún era pequeña. Subira los visitaba a menudo, pero fue Teferi quien crio a su hijita.
Sesenta años después de la Reparación, Niambi ya era adulta, Subira había envejecido hasta morir y Teferi se entera de que Urza había dejado repartidos por toda Dominaria una serie de artefactos que podrían ayudarle a reparar “el problema de Zhalfir” que aún lo atormentaba.
La nueva tripulación del Vientoligero, liderados por su vieja amiga, Jhoira (Jhoira, Weatherlight Captain) lo encuentran para pedirle ayuda para derrotar al demonio líder de la Cábala, un tal Belzenlok, pero antes, para convencerlo, lo ayudan a él y a Niambi a encontrar uno de los artefactos de Urza en el desierto de Tivan. Luego de esta ayuda, para agradecer, se une a la tripulación para derrotar a Belzenlok.
Sin que Teferi supiera, Jhoira traía siempre consigo un amuleto colgado del cuello, este amuleto había sido forjado por ella misma utilizando una Piedra de Poder en la Plataforma de Maná de los Thran (un lugar hecho con metal Thran en Shiv) y no era un simple amuleto, había sido creado de tal manera de poder capturar la chispa de Planeswalker de Teferi recogiendo las pequeñas trazas de esta que quedaron en el maná de Shiv y lo había logrado. Jhoira tenía la chispa de Teferi colgando del cuello.
Luego de que todos los Guardianes llegaran al Vientoligero para, sorpresivamente, asesinar a Belzenlok y liberar el poder de Liliana de los contratos que tenía con sus demonios, Jhoira encontró el momento para conversar a solas con Teferi y entregarle su chispa, de vuelta a su vida de Planeswalker, era hora de ayudar a los Guardianes a derrotar a un viejo enemigo: Nicol Bolas.
En la Guerra de la Chispa, Teferi partió con todo, lo primero que hizo fue ralentizar el tiempo alrededor del portal que traía la Horda de Eternos desde Amonkhet hacia Ravnica, haciendo que el ataque fuese más lento. También utilizó sus habilidades de manipulación temporal para salvar a muchos ravnicanos y algunos otros Planeswalkers. Estuvo en el equipo formado por Jaya y Vivien para asesinar a Liliana y poder detener los ataques de Eternos en Ravnica, pero Nicol Bolas salva a Liliana destruyendo los edificios donde se escondían los tres Planeswalkers. Obviamente Teferi puede ralentizar el tiempo, así que aprovechó su magia para poder salvar a Jaya y a Vivien de la caída de los edificios, aunque Liliana logró escapar.
Sobrevivió a la Guerra de la Chispa y participó de la Celebración Planar (Planewide Celebration), luego de eso, viajó a Theros a despedir a un nuevo amigo: Estuvo participando y ayudando en lo que pudo en el Memorial de Gideon, para luego volver a casa (Dominaria) con Karn y su amigo leonino Ajani, se alojaron en la casa de Niambi y comenzaron a planificar su forma de ayudar a los mirranos de la resistencia en Nueva Phyrexia, sin dejar jamás la culpa que lo corroe por dentro cada vez que ve el vacío zhalfirino.
Bueno, aquí termina la segunda parte y final (hasta ahora) de la historia de Teferi, por supuesto, es un resumen bastante resumido (la redundancia es intencional) de la historia de uno de los personajes más longevos del Multiverso, así que si quieres conocer los detalles, te recomiendo leer las novelas, no te vas a arrepentir, están escritas de manera liviana y agradable, ideal para leer en la tarde con un café después de terminar con tus tareas diarias.
Espero que hayas disfrutado de esta columna tanto como yo disfruté recopilando información, resumiendo y escribiéndola y no olvides que puedes seguirnos en todas nuestras redes sociales para ser el primero en enterarte de nuestras nuevas columnas.
¡Hasta la próxima!