Winter is coming
Escribí esta columna -bueno, la primera parte de ella- mientras me encontraba por situaciones de trabajo en Finlandia. Han pasado de ese momento 3 semanas aproximadamente, donde tuve la oportunidad de visitar nuevamente uno de los países más avanzados del mundo, en todo sentido.
Mientras escribo estas palabras, puedo ver desde la ventana del hotel, un mar congelado, algunos barcos inmóviles y la nieve que aparece danzante por el aire, para luego tocar el suelo y convertirse en una parte más del paisaje. Y fue esta imagen, la que finalmente inspiro esta columna.
Cuando inicie mi camino en magic, allá por el año 97, aún podías encontrar sobres de diversas ediciones de años atrás. Recuerdo que uno de los primeros sobres que pude comprar, fueron los de Era Glacial. Edición lanzada en Junio de 1995, y era la entrada a un set de 3 ediciones (que como la mayoría de ustedes saben, se terminaría recién el año 2006 con Coldsnap, u Ola de frío en su terrible traducción al español), el segundo set correspondería a Alianzas, con esa maravillosa infrecuente de oro -Force of Will.. El set constaba de 383 cartas, siendo una de las ediciones más grandes de magic a la fecha. Esta edición nos relata los acontecimientos luego de la guerra de los hermanos, de la oscuridad que llegará con The Dark y como todo el mundo conocido entraba a una era de hielo… una era que prepararía el mundo de magic para el futuro.
Un dato anecdótico de la edición, es que estaba compuesta de 121 cartas raras, infrecuentes y comunes. Siendo una gran parte de ellas, cartas reimpresas de ediciones anteriores. Entre éstas podemos destacar las siguientes cartas usadas en commander y/u otros formatos: Mystic Remora, Pyroclasm, Jester’s cap, Necropotence, Pox, Una de las cartas muy poco valoradas, pero hermosas a mi parece Orcish Lumberjack, Brainstorm, el hermoso Jokulhaups, la desesperada Demonic Consultation, por supuesto, las maravillosas Pain lands y obviamente la introducción de las tierras nevadas, tierras básica que han tomado su lugar predilecto en los mazos monocolor para aprovechar de aquellos artefactos que duplican mana, como Extraplanar lens o simplemente por su arte -punto aparte, ¿han visto las llanuras nevadas de Ice Age? son hermosas!.
La verdad Ice age, no era una muy buena edición, la posibilidad de que muchas cartas inservibles aparecieran en el sobre, o en los mazos eran altísimas, sin embargo, fue una edición que para muchos de los que comenzamos a jugar magic por ese momento, tuvo un cariño especial.
Ice Age, también introdujo una de las habilidades más “tediosas” de magic, así fue como vimos la aparición del Mantenimiento acumulativo. Una habilidad, que la verdad se encuentra tan bien diseñada en función del contexto de la edición, que debo sacarme el sombrero frente al equipo de diseño y estrategia de magic. El hielo, la nieve, realmente se ve en aquellas cartas, el peso y dolor de tener que gastar recursos en mantenerlas… realmente un acierto de diseño e historia. Fue esta habilidad, la que comenzó a poner más énfasis en una de las etapas (en ese momento) menos considerada en magic… el Mantenimiento.
Ahora bien, la verdad es que la carta que quiero presentar hoy, es una carta que no es de Ice Age (a estas alturas, ya deben entender que estas columnas rara vez van directo al grano), sin embargo, es una carta que creo, identifica más a este set que a cualquier otro… y la verdad, yo creo que ustedes ya saben a cual me refiero.
La carta en cuestión, es de nuestro primer set de magic, Alpha, y desde su aparición a sido reeditada 6 veces más, y no fue hasta un año atrás aproximadamente, que vimos un cambio en el arte y un pequeño arreglo en su oracle. Su ilustración fue hecha por Mark Tedin, quien tiene a su haber cartas tan memorables como: No mercy, Emrakul, the Aeons Torn, Eldrazi Monument, y Doublin cube entre otros. Carta que luego fuera ilustrada por Brian Snoddy, quien también ilustrara cartas como: Afterlife, Blinkmoth nexus, la tradicional Goblin Bombardment e ilustrara las tierras de Urza reeditadas en octava.
La primera ilustración, la verdad no es una brillante ilustración, como muchas cartas de Ice Age, y su reedición, si bien similar, elimina dos de los principales elementos que hacen de esta carta tan notoria. La ilustración quiere reflejar el frío, el hielo, la desesperanza de estar inmóvil en un mundo adverso. En su primera versión, se pueden evidenciar los restos descompuestos de un animal ártico, mientras una madre ruge desafiante hacia un objeto frente a ella y su cachorro detrás. Un objeto circular que parece estar suspendido en el aire, un orbe gélido que señala muerte… ¿Lo tienen?. En su segunda ilustración, Brian Snoddy, nos vuelve a ilustrar este orbe suspendido, pero sin ningún animal que le hiciera frente, tan solo la entrada a una gélida cueva y solo el vació y el hielo por delante.
La verdad es que nuestra carta en cuestión es una carta, usada en infinidad de commanders, y todos aquellos quienes hemos luchado contra ella conocemos su detestable poder. Aún cuando somos nosotros quienes la usamos, sabemos que es una carta a temer. Hoy he querido hacer esta introducción, porque es una carta que aúna todo lo que Era Glacial era. Una edición de frio, de control, de preocuparte de tus recursos, de tomar ojo a tu mantenimiento, y saber que en cualquier momento la orbe puede aparecer. Así es mis estimados, la carta de hoy -luego de tanto tiempo- no es ni más ni menos que Winter orb.
Winter orb es una carta desgraciada, mazos Stax aprovechan esta carta y sus amigas como Stasis y Back to basics entre otras. Jugando con comandantes como Derevi, Empyrial Tactician o el trasgo amigo caminante Daretti, Scrap Savant. Es una carta que rompe amistades, que destruye relaciones de amor y que por sobre todo, extienden las mesas de commander por horas.
Winter orb es una carta a temer, porque todos sabemos que tarde o temprano… Winter orb is coming…
Dato anecdótico “algo” relacionado con esta columna, una vez en Finlandia, pude cruzar a Estonia, específicamente Talinna, su capital. Allí, tuve mi venganza contra esta carta. Allí en un lugar escondido, un restaurante Ruso, sumergido en el centro de la antigua ciudad, siendo atendido por -de acuerdo a las películas de James Bond- Dimitri o Sergei, quien mantenía mi vaso lleno de Vodka. Allí lejos de mi tierra, me serví el plato de la venganza fría (en realidad estaba bastante caliente)… y no puede evitar, en cada trozo que mis dientes desgarraban de ese bistec de oso grillado, recordar todos aquellos mantenimientos sin hacer nada más que robar y pasar.